Una forma de colonialismo es imponer criterios de transexualidad en culturas indígenas

Realizan en FIL el Encuentro Internacional de Género, “La voz del silencio: la subalternidad, la cultura y gestión del cuerpo”

A las culturas indígenas no se les puede imponer el término de transexualismo y transgenerismo en el caso de las muxes del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. Si eso ocurriera se les estaría colonizando bajo un modelo binario capitalista, afirmó la académica del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), doctora Edith Yesenia Peña Sánchez, durante su intervención en el Encuentro Internacional de Género, “La voz del silencio: la subalternidad, la cultura y la gestión del cuerpo”, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
 
Peña Sánchez dijo que el binarismo se refiere a un dualismo de género. Es la clasificación del sexo y género en dos formas distintas y complementarias: masculino y femenino; y de éste se derivan asignaciones de trabajo que hacen distinción entre ambos, sugirió la investigadora.
 
Ser binarios, hombres o mujeres, es un discurso que construye, y dentro de este binarismo surge el conjunto LGTB, de diversidades sexuales basadas en el modelo binario, “y no todos entran en estas clasificaciones, ni en el caso de los binarios, ni los diversos sexuales”.
 
Destacó que existe la creencia generalizada de que la transexualidad siempre ha existido. Pero lo correcto es que han existido formas de comportamiento, grupos sociales que hacen evidente la existencia de personas no binarias. En su momento les llamaban “invertidos” o “dos espíritus”, entre otras denominaciones.
 
Transexualidad es un concepto moderno y contemporáneo resultado del saber biomédico, agregó. El concepto surge con Harry Benjamin, quien lo definió en los años 50 como el deseo irreversible de pertenecer al sexo contrario al genéticamente establecido, y de asumir el correspondiente rol; además de solicitar un tratamiento hormonal y quirúrgico para corregir la discordancia entre mente y cuerpo.
 
Se pensaba, en aquel entonces, la transexualidad como un trastorno de identidad de género, y se relacionaba con una fase lineal y evolutiva que pasaba por el travestismo y la fase final era la transexualidad.
 
Actualmente, estas ideas son cuestionadas porque marcaban un estereotipo y un proceso para que las personas volvieran a “la normalidad”, ya que las experiencias y las motivaciones de los sujetos cambiaron esa idea.
 
Hay hombres que deciden ser mujeres sin mutilarse los genitales, por ejemplo, lo que les restaría placer sexual.
 
 
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
Guadalajara, Jalisco, 3 de diciembre

 
Texto: Martha Eva Loera
Fotografía: Fernanda Velazquez