III. El interregno universitario, 1861 - 1925

Durante este largo lapso, la denominación Universidad de Guadalajara desapareció y sólo el último rector Juan Nepomuceno Camarena, intentó restaurarla con el título de Imperial. Sin embargo la iniciativa no prosperó, por no estar acorde con los planes del Segundo Imperio, que más bien pretendían centralizar la educación superior en la capital del país.

La enseñanza media y superior pasó al dominio directo y total del Gobierno del Estado –o Departamento- de Jalisco, administrándola a través de los siguientes organismos: la Junta Directiva de Estudios del Estado, de 1868 a 1893; la Dirección de Instrucción Pública del Estado, de 1893 a 1903; el Consejo Superior de Instrucción Pública del Estado y la Dirección de Instrucción Pública del Estado, de 1903 a 1920; el Departamento de Educación Preparatoria y Profesional del Estado y la Dirección General de Educación y Beneficencia Públicas del Estado, de 1920 a 1925.

 

Las Escuelas de Medicina, Jurisprudencia e Ingeniería y los Liceos de Varones y de Señoritas continuaron impartiendo la enseñanza media y superior, que por lo general sufrieron menoscabo en sus actividades académicas por el escaso apoyo gubernamental que recibían, salvo contadas excepciones con los gobernadores Ramón Corona y Manuel Macario Diéguez, quien suprimió el Liceo de Varones y fundó la Escuela Preparatoria de Jalisco, ya en plena Revolución.

Por estos años tomaron decisiones en materia educativa, políticos que llegaban a dar clases sin tener la más mínima idea de lo que supuestamente enseñaban, y la decadencia no se hizo esperar.

Lo que provocó el resurgimiento de la educación privada. Así al suprimirse la Escuela de Ingenieros tuvo que ser sustituida por la Escuela Libre de Ingenieros, fundada el 12 de diciembre de 1901 por el ingeniero Ambrosio Ulloa.

También se fundaron el Liceo Católico, la Escuela Católica de Jurisprudencia, y el Instituto San José, que marcó el regreso de los jesuitas a Guadalajara. Incluso se llegó a pensar en establecer la Escuela Libre de Medicina.

A pesar de tantas dificultades y carencias, se gestó toda una generación de universitarios sin universidad, entre ellos: los abogados Julio Acero, jurista y literato; Mariano Coronado, constitucionalista; José Ignacio Dávila Garibi, historiador y genealogista internacional; Roque Estrada, promotor de la primera huelga laboral en Jalisco y secretario de Francisco Ignacio Madero; Luis Pérez Verdía, historiador y diplomático; Luis Manuel Rojas, periodista y diputado presidente del Congreso Constituyente de 1916-1917 y Victoriano Salado Álvarez, historiador y literato; los médicos Antonio Ayala, introductor de varias técnicas quirúrgicas en Guadalajara y fundador de un hospital; Mariano Azuela, autor de Los de abajo, la gran novela de la Revolución y Enrique González Martínez, poeta; los arquitectos Pedro Castellanos, Rafael Urzúa y Luis Barragán, considerado el más grande arquitecto mexicano, recibió el Premio Internacional Pritzker; los novelistas José Martínez Sotomayor y Eduardo José Correa; el periodista Pedro Elías Vázquez, el pintor Felipe Castro y entre otros, el músico Gonzalo Curiel.

Referencia: Real Ledezma, Juan (octubre de 2013). De los acontecimientos grandes y notables de la Universidad de Guadalajara, 1696 – 2013. Inédito.

 

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